Hola amigos:
Ésta es la segunda entrega de la historia, espero que la disfruten. Si tienen alguna historia que quieran compartir, sus comentarios e ideas son bienvenidos. Un saludo!
¿Cómo las puedo borrar? (parte 2)
Ana, se pone nerviosa cada que su celular muestra una alerta. Lo que antes le era tan cotidiano, ahora la tortura, aún así, no puede evitar leerlos. Es la madrugada y su teléfono la atosiga con varios mensajes. Ella desbloquea la pantalla y siente inmediatamente una sensación nauseabunda que la recorre.
Alex Ame: Entonces Ana?
Alex Ame: Vas a querer que te apoye con tu problema?
Alex Ame: Clic en la foto para descargar.
Ana da clic en la liga y se descubre así misma en la fotografía. Una mirada sensual y un rose gentil sobre sus senos desnudos fueron el regalo para Santiago, ahora, son una cruz que le pesa. Le pesa no sólo el hecho de que cualquiera la pueda ver así, le pesa el hecho de haber convivido con alguien de la calaña de Alejandro y que, ahora él, goce esas fotos destinadas para alguien más.
Con ojos vidriosos, Ana traga saliva como si se dispusiera a hablar pero, en lugar de eso, escribe una respuesta.
Anne: Alex, no quiero que me vuelvas a contactar. Si vuelves a mandarme un mensaje o a llamar, hablaré con Martha y le contaré que me estás pidiendo pornografía.
Alex Ame: Ta bueno, pues suerte con tu problema, pero yo que tu comenzaba a cambiarme el nombre para que en las entrevistas de trabajo no me encuentren en sitios porno.
-¿Bueno?- Contesta Horacio el celular con una voz serena, como si estuviera ocupado.
-Perdona la hora, soy Ana, acabo de decirle a Alejandro lo que me sugeriste, me contestó que me cambie el nombre porque si me buscan en Internet encontrarán mis fotos desnuda.
-Ana, tranquila, sigamos con el plan. Si, el está jugando sus cartas, pero no vamos a dejar que gane la partida. Mañana, mientras que él sale a trabajar, tu te verás con Martha y, como una amiga en problemas le contarás tu situación sin mencionar que Alejandro te está extorsionando. Seguramente, por mera empatía, ella te ofrecerá que Alejandro te ayude e intercederá por ti con él. Me encantaría escuchar esa plática de alcoba. Ese será nuestro seguro, verás que ya no aparecerán fotos tuyas en Internet.
-¿Estás seguro?- vacila Ana.
-Si, no sabrás nada de él en adelante. Estuve buscando pistas en los sitios porno para ubicar la IP que subió las fotos, lamentablemente cubrieron sus huellas y no hay nada que me revele quién las subió. Tu descansa y tranquilízate, yo voy a encontrar quién fue.
-Gracias Horacio
-No agradezcas nada, te ayudo con gusto.
Ese día Horacio se levantó temprano, todavía resonaba en su cabeza la pregunta lastimera de Ana <<¿Cómo las puedo borrar?>>. ¿Es que la gente no entiende que una vez que se ha tomado una foto digital, uno le transfiere la posesión de la misma al Internet? Es decir, termina siendo de todos y de nadie al mismo tiempo. Horacio, con su notada aversión a la multitud evita, a toda costa, subirse al metro de la ciudad, así que debe de caminar cerca de seis kilómetros hasta la oficina. Piensa que debe de reducir su huella de carbono y mejorar su salud, así que vendió su auto hace medio año.
Llegó a la empresa en la que había trabajado Ana y en donde él cuenta con el respeto que, únicamente el prestigio de asesor externo de seguridad, le puede dar.
-¿Y ahora? ¿Qué te trae tan temprano por acá?- Pregunta Javier, su mano derecha dentro de la empresa, ambos formaron una buena amistad enfrentándose a las múltiples amenazas de seguridad que una empresa puede enfrentar.
-Si no lo sabes, creeré que te estás volviendo incompetente. Si ya lo sabes, asumiré que tu comentario es una mera cortesía para saludarme. Optaré por lo segundo y te contestaré con un: Buenos días, ¿cómo has estado?
-Pinche Horacio, siempre tan mamón, pero si, era para saludarte.
-Bueno, vamos por el café. Veme diciendo lo que ya sabes.- contesta Horacio mientras va haciendo camino a la cafetería de la empresa.
-Pues esas fotografías ya no son un secreto. Me llegaron por un grupo de Whats de la empresa. Las publicó Óscar, un chico de soporte, quien por cierto se hizo muy amigo de Santiago, el ex-novio de Ana, en una reunión de la empresa.
-¿Entonces Óscar y Santiago se conocen? ¿Qué hay de Alejandro?
-Alejandro también es de soporte, es cercano a Óscar y también está en el grupo de Whats. Yo creo que Alejandro sólo es el oportunista que quiere más fotos.
-¿Por qué lo piensas Javier?
-Pues porque no tiene un vínculo con Santiago, nunca fueron cercanos y, como también está en el grupo de Whats, tuvo las fotos una semana antes para poder pensar en extorsionar a Ana. Lo que no sé, es: ¿Qué gana Santiago exponiendo a su ex así? Es decir, no la va a recuperar. Igual sólo está emputado.
-Pues llamémosle y veamos qué dice.- Contesta Horacio y luego señaló una salita de juntas, de esas que puede tomar cualquiera que las necesite para hablar con secrecía.
Ambos entraron en la pequeña salita ya con el celular de Horacio en altavoz.
-¿Aló?- Contestó una voz con acento porteño.
-Hola Santiago, soy Horacio de la ciudad de México, trabajé con Ana. Estoy investigando un problema de extorsión con fotografías. Como sabrás, Ana está devastada. ¿Nos puedes apoyar contestando algunas preguntas?
-Si, claro, lo que necesiten.
-Hola Santiago, soy Javier, estoy apoyando a Horacio con este incidente. Entendemos que Ana te envió estas fotos hace ya muchos años. ¿podrías comentarnos en dónde las guardaste?
-Pues me las mandaba por Whats, así que estaban en mi teléfono.
-¿Estaban?- pregunta Horacio.
-Si, no sé que hice, pero ya no se respaldaba a Internet y, un día en un casting, se me cayó a la taza del baño. No pude recuperar nada. Eso fue después de romper con Ana, entonces ya no tengo esas fotos.
-¿Alguna vez hiciste respaldos a tu laptop?- pregunta Javier.
-No, nunca, no sabría como hacerlo.
-¿Las compartiste con alguien?- insiste Javier.
-No, era mi novia, no me sentiría cómodo.
-¿Has visto los sitios, o te han reenviado por whats las fotos?- pregunta Horacio.
-No, mi mina es muy celosa. Ver porno es una cosa, pero ver a tu ex, eso sería pecado capital.
Horacio cambia el enfoque y pregunta -¿Te ha comentado algo Óscar del problema?-
-¿Óscar? No conozco a ningún Óscar.
-Si, estuvieron platicando largo y tendido de motocicletas en una reunión hace dos años. Fuimos ambos invitados.- insiste Javier.
-Aaaa ese pibe, pues no, esa fue la única vez que hablamos. ¿por qué? ¿él está involucrado?
-Santiago, ¿te molestaría si te pedimos acceso remoto a tus dispositivos para que Javier corra unos programas de auditoría? Así podríamos seguir la huella digital de las fotografías.
-No, para nada, si eso les ayuda, está bien.
-Gracias Santiago, Javier se pondrá en contacto contigo en el futuro.
-Chao.- se despide Santiago.
Horacio hace una pausa y se queda pensando. Javier anota en su celular la nueva tarea de realizar la auditoría a los dispositivos de Santiago.
-¿Cuándo quieres que haga la auditoría, Horacio?
-Ahora, mañana, en un mes, o mejor nunca. No perdamos el tiempo ahí.
-¿Cómo? ¿le crees?
-No le creo, sólo creo lo que los equipos nos pueden decir, pero quiero revisar otros equipos antes que los de Santiago.
-¿Qué equipos quieres checar entonces?
-Te voy a decir los equipos que vas a revisar y también lo que vas a encontrar en ellos: Comenzarás con el equipo de Alejandro, vas a revisar el rastro de esas fotografías y encontrarás que las recibió por Whats. Efectivamente, creo que es un oportunista. Continuarás con el equipo de Óscar y te darás cuenta que no habrá nada. Tendrás que hacer una búsqueda de archivos eliminados para encontrarlas. Como son recuperados, esos archivos perdieron información de la fecha de creación, así que no sabemos a ciencia cierta de dónde las tomó Óscar.
-Los empleados deben de entregar su laptop y celular cuando renuncian, es posible que Ana no haya borrado las fotografías y que Óscar las haya encontrado. ¡Si!, es casi un hecho, así lo agarraremos.- contesta emocionado Javier.
-No, porque también encontrarás que los registros del personal que recibió el equipo de Ana desaparecieron. No existe algo vinculante. Necesitamos que un equipo nos diga quién fue el culpable. ¿Cuándo renunció Ana?
-El 24 de abril pasado, entregó su equipo como a las 6 de la tarde-
-Perfecto- contesta Horacio, mientras sale de la sala.
-¿A dónde vas ahora?- pregunta Javier
-Pasaré la tarde con el departamento de seguridad- contesta Horacio sonriendo.
-¡Nosotros somos el departamento de seguridad!- interpela Javier.
-No éste tipo de seguridad, la otra seguridad. Nos vemos mañana al mediodía, en la reunión con recursos humanos que vas a programar.
-¿No me vas a decir qué piensas hacer?- insiste Javier.
-Mañana en RH lo sabrás.
Javier tacha de sus pendientes la auditoría de los equipos de Santiago y escribe: Solicitar reunión con Recursos Humanos.
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