Ciudad de México, 23 de diciembre del 2016.
¿Adiós al teléfono empresarial?
Salvador Elizondo en su “estanquillo con mexicana”, nos lleva a conocer los años cuarenta en México, en donde dos compañías telefónicas competían entre sí: Mexicana y Ericsson.
Ambas eran incompatibles y, como Elizondo lo comenta, una pareja con diferente sistema telefónico estaba destinada al fracaso.
Hace más de diez años (2002~2003), montar un conmutador IP con asterisk podría demandarme hasta cinco días de consultoría para ajustar valores en los archivos de texto “/etc/asterisk”. Migrar a un cliente de un sistema analógico a un sistema IP basado en asterisk, requería de una convicción personal importante. Incluía la explicación del cambio a una tecnología de punta y la debida capacitación en sitio: Explicar que los teléfonos ya no se conectarían al cable chico (el del teléfono), sino al cable gordo (el ethernet). Finalmente hacer entender que un teléfono IP ya no necesariamente debe de “dar línea” para funcionar.
Recuerdo un libro que adquirí hace como 9 años: “Asterisk: the future of telephony”. Y al ver la flexibilidad del sistema, me convencí de que sería el inicio de un negocio próspero. Luego mejoró, en marzo del 2006 vimos nacer a Elastix, una herramienta de rápida instalación y fácil administración. Un esfuerzo ecuatoriano basado en software libre, un ejemplo de democratización de la tecnología, y sobre todo, del éxito económico internacional. Debo confesar que al principio me resistí completamente a usarlo, ya que internamente desarrollábamos una herramienta llamada Kontrolli, que nos servía exactamente para lo mismo; sin embargo, el alto costo de desarrollo y el no haberlo liberado como software libre, nos cobró factura. Aunado a ello, en el Festival de Software Libre de Puerto Vallarta, Jalisco, conocí a Rafael Bonifaz, community manager, en aquel entonces, de Elastix, quien terminó por convencernos, a mi y a mi socio de cambiarnos a su plataforma.
Regresando a los años cuarenta, los números telefónicos inclusive se asignaban de forma distinta por las compañías, en Mexicana se usaba una letra y dos pares de números (P-34-63 un número en la Colonia del Valle), en Ericsson sóĺo se usaban números (19-56-44 número de Salvador Elizondo). Con la aparición de herramientas como Skype, Hangout y Facebook, ahora volvimos a marcar contactos con letras nuevamente. Este cambio, aunque pareciera menor, sería un gran retroceso para la telefonía fija. ¿Quién tiene tan buena memoria para acordarse de su propio número?
El 2016 fue un año de altibajos, muchos de ellos imprevisibles, otros un tanto escandalosos. Ya se que muchos habrán pensado de forma inmediata en las elecciones presidenciales de EEUU, pero yo en realidad me refiero a la compra de Elastix por parte de la compañía 3CX. Una compra que, a diferencia de la adquisición de Sun Microsystems por parte de Oracle, se antoja más abrupta. Según varias fuentes, inclusive el mismo sitio elastix.org, la nueva versión de Elastix dejará de ser software libre y se convertirá en una subrama de 3CX. Aunque se esté formando recientemente “Issabel.org” como el próximo fork de Elastix y que aún se mantengan varios sistemas VoIP opensource como: FreePBX, FreeSwitch y el mismo Asterisk; el panorama de las comunicaciones telefónicas empresariales es algo oscuro, no únicamente por la competencia en el sector, sino por el sector mismo.
Según el Instituto Federal de Telecomunicaciones (ift) de México, el aumento de líneas telefónicas fijas el primer trimestre del 2015 fue apenas de 2.4%, Telmex-telnor presentó una pérdida de -3%. Con la aparición del smartphone, las líneas móviles se convirtieron en una herramienta de productividad personal. Aplicaciones como Whatsapp, sustituyen las conferencias telefónicas, permitiendo mensajes grupales, mensajes de audio, y llamadas sin costo por minuto. Así mismo, las nuevas generaciones prefieren empleos que permitan pasar más tiempo en casa (work@home), además presentan displicencia a largas horas de viaje a la oficina. Cada día, nuevas compañías prefieren contratar un paquete de telefonía móvil con un buen smartphone para cada empleado, que un conmutador de última generación y un contrato de líneas telefónicas fijas.
Salvador denunciaba el surgimiento de un nuevo género de crítica: La crítica del teléfono. Una forma de comunicación, hasta entonces desconocida en la vida cotidiana de la Ciudad de México, que desató parte de la modernidad. Hoy, estamos de nuevo, frente a un cambio, el surgimiento de “la crítica por chat”. Un medio de comunicación que no nos permite andarnos con rodeos, que necesita ser inmediato, pocas líneas de texto con mucho corrector ortográfico, nuestro mejor aliado productivo y nuestro peor patrón abusivo. El smartphone probablemente destruirá al sistema telefónico tradicional y, sin embargo, nos permitirá ser los mismos críticos de siempre.
León Ramos
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